sábado, 12 de enero de 2013


En unas fiestas decembrinas vienen mis primos de visita y me enseñan lo mucho que me gusta la verga.
Como muchas de las familias de nuestro país, solemos reunirnos a pasar las fiestas decembrinas aquí en mi casa y recibimos a toda la familia que viene de distintas partes, y como caso típico de mi familia los adultos solían irse de farra dejándonos a los "niños" solos en casa. Dentro de ese grupo me encontraba yo (esto que les estoy contando sucedió hace más de 10 navidades) mi hermana mayor Angélica (13) y mis primos Rogelio (13) Manuel (16) David (14) Mariana (15) Rubén (16) y Daniel (17). Por razones de edad ellos no congeniaban mucho conmigo por el hecho de que nuestras edades eran muy diferentes, así que yo me quede en mi recamara jugando videojuegos y ellos organizaron una pequeña fiesta en casa, Mariana y Angélica se encerraron en el cuarto de mi hermana y los demás se hicieron con algunas bebidas alcohólicas que degustaron hasta pasada la media noche, la idea era terminárselas antes de que llegaran los adultos que generalmente volvían hasta casi amanecer. Yo jugaba tirado en mi cama con los pies hacia la cabecera de manera que mis manos y mi cabeza quedaban donde generalmente iban los pies, esto me acercaba mas al televisor. Un poco después de las 12 apareció Manuel bastante alcoholizado y me pregunto que a que jugaba y le respondí que al soccer y me pidió que conectara el otro control y que jugaría conmigo y así lo hice. El se sentó en la orilla de mi cama y después de acomodar las almohadas se recostó con la cabeza un poco levantada para jugar conmigo y así estuvimos jugando un rato hasta que algo llamo mi atención; Como jugábamos con la luz apagada lo único que nos iluminaba era la luz del televisor y de reojo yo veía el bulto de mi primo que comenzaba a crecer y lucia realmente apretado en sus jeans. Sin saber por que me puse todo nervioso y ya no pude concentrarme en el juego. Trataba de verlo sin que el me viera porque no quería que el pensara mal de mi, y para colmo algo que no ayudaba para nada es que el de vez en cuando se lo tomaba y se lo apretaba como quien tiene comezón, la situación me estaba haciendo sentir algo que nunca había sentido y era tan intenso que por un momento me le quede viendo descaradamente y no salí de mi trance hasta que detuvo el juego y dijo que iría al baño. Pude sentir que me ponía de todos los colores pero esperaba que no se hubiera dado cuenta. Pasados unos minutos regreso y antes de reasumir su posición se paro entre el televisor y yo y me dijo que tenia calor, se saco los zapatos sin desabrocharlos y se quito la sudadera que al levantarla se fue con todo y la playera y me dio una hermosa vista que hasta el día de hoy llevo tatuada en mis ojos: un marcadito cuerpo adolescente sin vello excepto en la delicada fila que se formaba en su ombligo y se perdía en el elástico de su bóxer, se acomodo la playera y se volvió a colocar en la posición que tenia antes de irse al baño. Reanudamos el juego y yo trataba de concentrarme pero al echar la primera ojeada me percate de tres cosas, su bulto se veía mas apretado, me resultaba mas fácil verlo porque su cuerpo estaba mas cargado hacia la orilla y su aroma me estaba volviendo loco, esa mezcla de sudor y alcohol me estaba poniendo a mil Llego otra vez el momento en que me le quede viendo descaradamente y el, volviendo a poner el juego en pausa me dijo: "si te aburre el juego podemos jugar otra cosa" y mientras me decía esto se volvió a apretar el bulto. Yo no le conteste solo voltee a verlo y me dijo "se que me has estado viendo durante todo el juego, te gusta?" y se volvió a apretar, yo le dije la verdad con dos palabras: "no se", "pues entonces vamos a ver" y tomo mi mano y se la llevo directamente a su paquete y yo la extendí para tocarlo y el me dijo que lo apretara y así lo hice, y se lo sobaba y lo apretaba, el por su parte soltó mi mano y la puso en mis nalgas y cerrando los ojos comenzó a acariciarlas y con la otra levanto su playera y comenzó a sobar su pecho. Esa sensación era extremadamente placentera para mi, entonces el volvió a tomar mi mano por la muñeca y yo instintivamente la extendí, la coloco sobre su ombligo y me la fue guiando hacia abajo, deslizándola sobre la fina y deliciosa fila de vellos que me iban marcando el camino y lo seguí, metí mi mano por debajo de su ropa para encontrarme con la base de su gruesa y durísima polla, la bordee y el me soltó para que siguiera yo solo, ahí dentro estaba muy húmedo y lleno de vellos. La tome por la base y el me dijo que le diera un beso y se lo di, así por encima del jeans, entonces el se lo desabrocho y abrió el cierre pero no se lo quito y me pidió que lo besara otra vez y así lo hice esta vez por encima de la delgada tela de su bóxer que estaba ya muy húmeda y abultada, enseguida el libero su enorme palo por la abertura de su bóxer azul y la pude ver en su máximo esplendor: un rígido mástil de carne de un grosor considerable y de 17 cm de largo (después yo mismo lo medí). Me saco la mano, saco también sus bolas por la raja y yo, por iniciativa propia lo volví a tomar con mi mano de su base y sin que el me lo pidiera le plante un beso en la cabeza húmeda. Su olor me embriagaba, me poseía, estaba empapada entonces me pidió que se la chupara como si fuera una paleta y así lo hice, un par de ocasiones lo lastime con mis dientes pero el me fue corrigiendo el modo hasta que empezó a gemir de placer mientras seguía jugando con mis nalgas que esta ya estaban al aire. Mi excitación era mayor cuando el jugaba con mi raya y la acariciaba hasta llegar a mi culito. El me iba instruyendo en todo lo que quería que le hiciera, se la chupaba por un tiempo determinado y luego me pedía que se la dejara y me dedicara a sus bolas y así lo hacia. Encontré que una de mis mayores pasiones seria saborear aquellas colgantes y pesadas esferas, de a una, luego las dos juntas, me gustaba metérmelas en la boca y pulirlas con mi lengua y mientras hacia esto lo masturbaba, se quito la playera y me desnudo completamente a mi y me pidió que me acostara sobre el y el placer fue mayor, disfrutaba de su verga que me estaba volviendo loco, al tiempo que sentía el calor de su torso masculino con mi cuerpo y sobaba mis piernas y mis nalgas a veces con delicadeza y otras con pellizcos lujuriosos al tiempo que sentía su cálida y húmeda lengua recorrer mi raya. "Te gusta mucho Verdad Putito" me decía de vez en cuando mientras me daba una o dos nalgadas. En ese fabuloso 69 estuvimos un rato hasta que me pidió que me acostara doblado sobre la orilla de la cama e hizo un intento por penetrarme, su glande estaba muy bien lubricado por mi saliva y mi raya por la suya pero aun así su verga era demasiado gruesa para entrar, entonces me acostó boca arriba sobre la cama, puso mi cabeza en las almohadas que el estaba usando y se hinco con sus rodillas justo debajo de mis axilas de forma que su pene quedaba enfrente de mi boca y entonces dijo una frase que nunca he olvidado y que fue la ultima que dijo esa noche "por algún agujero te tengo que coger putito, y pobre de ti donde me muerdas o vomites, te puede ir mal" acto seguido tomo mi cabeza y la jalo hacia su pene, yo abrí la boca y el siguió jalando hasta que sintió que su cabeza entro a mi garganta, yo intente zafarme porque la sensación era muy incomoda pero el siguió y siguió hasta que mi nariz se hundió en sus bellos púbicos, la dejo ahí un rato y la saco de golpe, tenia la desagradable sensación de vomitar y tosí un par de veces y luego el la volvió a meter hasta el fondo batallando un poco de nuevo, la dejo ahí dentro un rato y la volvió a sacar, y así lo siguió repitiendo hasta que no batallo nada para llegar al fondo y la molestia y las ganas de vomitar fueron menos, acompaño los jalones de mi cabeza con embestidas de su pelvis, el detalle que a mi mas me excitaba era su rudeza y el hecho de que nunca se quito su jeans, mi saliva escurría mojándolo todo, mi barbilla mi cuello, su bóxer, todo estaba empapado. Después de algunos minutos volvió a encajármela hasta el fondo, la dejo unos segundos y comenzó a aventar chorros de leche que resbalaban por mi garganta y llenaron inmediatamente mi boca, comencé a tragar y al principio fue desagradable pero después era delicioso, se doblo rendido recargándose con ambas manos en la pared mientras yo se la seguía limpiando y tragando ese manjar que acababa de descubrir. Se tiro en la cama a mi lado, cuando su pene se puso flácido lo guardo y se quedo profundamente dormido ahí en mi cama, yo limpie un poco con mi ropa, me puse mi ropa de dormir y me acosté a su lado, lo abrace y me quede dormido junto con el, a partir de ese momento mi vida había cambiado, había descubierto que me encanta la verga, que me encanta chuparla, que me encanta comerme lo que salga de ella y que mi mayor deleite es complacer a los maravillosos primos que tengo y que me convirtieron en su putito privado, las demás historias se las contare en otras oportunidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario